Pensamientos y creencias negativas

¿Te ayudamos?

Si estás preparad@ para dar el primer paso, rellena el formulario y pide tu cita

Dar el primer paso
Psicología Paula Medina

Pensamientos y creencias negativas

Los pensamientos y las creencias negativas son muy limitantes, y bloquean a las personas a la hora de conseguir sus metas y objetivos. No tienen por qué ser reales, pero sin duda dificultan alcanzar aquello que realmente se desea. Los pensamientos disfuncionales también se denominan pensamientos automáticos negativos o pensamientos intrusivos. Por lo general, estos pensamientos o creencias van de la mano de muchas emociones negativas.

¿Cuáles son las causas, los tipos y cómo se pueden modificar?

Estas creencias limitantes suelen surgir en la niñez (incluso en la etapa preverbal) y ser reforzadas durante la etapa de la infancia y adolescencia, y continuar muy arraigadas en la persona que ya es adulta. Pueden aparecer en un momento determinado a través de algún tipo de experiencia o comentario poco afortunado, que consigue hacer creer a la persona que, por ejemplo, no está capacitada para lograr algo. Asimismo, las creencias también se pueden heredar de generación en generación y se pueden perpetuar, mientras no haya un punto de inflexión.

En muchas ocasiones el origen reside en esa interacción de relacionarnos con nuestros progenitores o con nuestros adultos de referencia. Luego será la escuela, la sociedad, l@s amig@s, el instituto, la universidad…etc. lo que influirá en esas creencias. En la adultez, las creencias limitantes suelen estar la mayoría de las veces relacionadas con dos ámbitos, el profesional y el sentimental.

Uno de los síntomas asociados a estos pensamientos o creencias disfuncionales es cuando la persona se da cuenta de que está teniendo reacciones desproporcionadas ante situaciones cotidianas de la vida. Las personas que suelen conectar con pensamientos intrusivos o creencias internas negativas suelen ser más propensas a reaccionar muy intensamente (con rabia, ira, enfado, tristeza…etc. muy evidentes) ante situaciones que no salen como esperaban o cuando fallan en algo, incluso aunque las consecuencias no sean de gran importancia.

Casi todas las personas tienen pensamientos o creencias disfuncionales acerca de ellas mismas o acerca del mundo en algún momento de sus vidas. Mientras esto ocurra en ocasiones puntuales, no hay de qué preocuparse. Sin embargo, para algunas personas, los pensamientos y creencias negativas son mucho más frecuentes y devastadores (incluso diarios). En estos casos, las personas suelen “engancharse” en bucle con estos pensamientos y creencias, lo que condiciona sus vidas de manera considerable. El poder de las creencias limitantes es tal, que puede llegar a paralizarnos.

El factor quizá más importante reside en que, como se ha señalado antes, estos pensamientos o creencias la mayoría de las ocasiones no son ciertos. Sin embargo, la propia persona que los sufre los considera como tal, los integra, los reproduce, y funciona y actúa en consecuencia.

Hay varios tipos o ámbitos de la propia persona a los que afectan estas creencias internas negativas o limitantes. A continuación, algunos ejemplos:

  • -Autoconcepto no adaptativo: “No está bien como soy”, “No merezco ser amad@”
  • Responsabilidad no apropiada: “Tendría que haber hecho algo”, “Fue mi culpa”
  • Peligro: “No soy confiable”, “No puedo protegerme”
  • Falta de control, falta de opciones: “Soy débil”, “No tengo opciones”

Evidentemente, es necesario conocer las propias limitaciones, que hay ciertas cosas que no podemos hacer, o habilidades y características que no nos definen. Pero también es importante saber lidiar con estos pensamientos y creencias que nos boicotean. Muchas veces les otorgamos demasiada importancia a estos pensamientos o creencias, cuando tan sólo son eso: pensamientos. Las creencias están para ser cuestionadas, porque son una idea, un pensamiento concreto que afirma ser verdadero sin haberse comprobado su veracidad. El problema radica en que si las limitaciones son las que más predominan en nuestra manera de definirnos, disminuirá nuestra autoestima y nuestro autoconcepto.

Las creencias pueden ser positivas, neutras o negativas. El trabajo que haremos junt@s será el de tratar de sustituir tus creencias o pensamientos negativos por otros más adaptativos y útiles para ti. Para que puedas caminar sin ese peso en la mochila, más liger@, y tu vida no quede paralizada, logrando tomar decisiones y enfrentarte a retos. Las creencias no tienen por qué ser determinantes, ya que podemos transformar las creencias limitantes en creencias de posibilidad.

Para desmontar este tipo de creencias, trabajaremos en los siguientes aspectos:

  • Identificación, localización y detección de pensamientos/creencias negativas/limitantes
  • Cuestionamiento de las mismas y búsqueda de evidencia a favor/en contra
  • Reformulación de las creencias, con el objetivo de que sean más realistas y menos dañinas para ti
  • Desculpabilizar y soltar carga y “mochilas emocionales” que no nos corresponden

¿Cómo podemos ayudarte?

Cada persona y situación requiere diferentes prácticas. Un buen resumen sobre los beneficios que puedes obtener, es mejorar tu calidad de vida.

Te acompañamos en la identificación y detección del origen de los pensamientos o creencias disfuncionales y en el abordaje y tratamiento de los mismos, para que puedas sustituirlos y reformularlos cuando sea preciso.

Te ofrecemos pautas, recursos y herramientas para recuperar hábitos saludables en el día a día.

Identifica los pensamientos o creencias disfuncionales, da el primer paso para reformularlos o sustituirlos por otros más adaptativos y útiles.

Si crees que tú o alguien de tu entorno necesita ayuda, no dudes en contactar con nosotros.
Te escuchamos