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Dar el primer pasoPsicología Paula Medina
Duelo, afrontar la pérdida de un ser querido.
El duelo es un proceso psicológico que experimentamos al perder a un ser querido con el que hemos compartido experiencias. Este proceso se produce tras lo que la persona considera una pérdida relevante (que puede ser por ausencia, muerte o abandono). La tristeza es un sentimiento habitual que puede ir acompañado de otros como la ira, la culpa, el alivio y la soledad.
Las circunstancias de la pérdida del ser querido pueden afectar a la persona que se encuentra en el proceso de duelo, pudiendo experimentar diferentes emociones, acompañadas a su vez de sensaciones físicas como:
- Opresión en el pecho
- Sensación de vacío o «nudo» en el estómago
- Dificultades para respirar
- Hipersensibilidad ante ciertos estímulos (ruidos, olores, imágenes…etc.)
- Falta de energía y debilidad
En lo referente a las conductas, también nos puede afectar. En ocasiones la persona en proceso de duelo puede tener sueños/pesadillas con el ser querido que ha perdido, puede llamarlo e incluso visitar los lugares que le acercan a los recuerdos con él/ella. En otras ocasiones, la persona que está pasando el duelo se muestra esquiva con estos elementos, con su recuerdo, y se aleja de estos estímulos.
El dolor por la pérdida se puede experimentar no solo por la muerte, sino cada vez que en la vida tenemos una experiencia de interrupción definitiva de algo, de pérdida, de distancia que no podrá ser cubierta.
La superación del duelo
La experiencia emocional de enfrentarse a la pérdida, es lo que llamamos elaboración del duelo, que nos conduce a la necesidad de adaptación a una nueva situación.
El duelo tiene diferentes efectos y duración, dependiendo de las circunstancias, del contexto y de cada persona. El duelo se trata de una herida y, por tanto, requiere de un tiempo para su cicatrización. En algunos casos, pasado un año aproximadamente, la persona vuelve a una situación comparable a la anterior al duelo, con un estado de ánimo estable y sin problemas conductuales.
En otros casos, no se acepta la pérdida y continúan los síntomas. Este proceso de duelo se convierte en un duelo patológico cuando, después de un tiempo, la persona sigue teniendo los mismos síntomas o muy similares que en el momento de la pérdida, y no hay una mejora evidente. Lo que distingue el duelo normal del patológico es la fase en la que la persona se queda bloqueada, impidiendo la elaboración de ese dolor.
Lo que ocurre en los duelos no resueltos es que, las sensaciones, en lugar de producir cambios para ir avanzando en las diferentes fases, lo que hacen es paralizar el curso del duelo normal.
¿Cómo podemos ayudarte?
Te ofrecemos ayuda personalizada en tu proceso de duelo. Cada persona y situación es diferente y requiere diferentes prácticas adaptadas.
Te acompañamos en el abordaje del dolor, permitiendo nuevas emociones en tu relación con la tristeza y con tu entorno.
Te ofrecemos herramientas para recuperar hábitos saludables en el día a día.
Te ayudamos a cuestionar y sustituir pensamientos y creencias disfuncionales.
Te ayudamos a superar el duelo, da el primer paso para abordarlo y superarlo
Si crees que tú o alguien de tu entorno necesita ayuda, no dudes en contactar con nosotros.
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